Atención! "El tren con destino a Briones y Haro se encuentra estacionado en la vía 6", anunciaron los altavoces de la estación de tren de Logroño poco antes de las 10 de la mañana. Cientos de personas ya sabían de antemano dónde estaba ese convoy tan especial como su propio nombre: el tren-pranillo. ¿Todos? No. Tras el aviso, tres curiosos personajes cruzaron la pasarela que une el edificio de la estación con las vías y comenzaron su particular "show". Una anciana vestida de negro con una bota de vino en la mano y una cesta repleta de viandas, un retratista con deje francés y un nervioso revisor superado por el superávit de pasajeros. Entre risas, los 270 viajeros que se apuntaron al primer viaje incluido en el programa divulgativo de la cultura del vino "El Rioja y los 5 Sentidos" ocuparon sus asientos dispuestos a disfrutar de una intensa jornada en dos de las principales cunas del vino. Sorprendidos estaban José Antonio y Guadalupe. Llegaron ayer de Galicia, en su hotel se lo recomendaron y no se lo pensaron dos veces: "Vamos a Briones y nos apetece ver el museo Vivanco y las bodegas de la zona", señalaban en el andén que compartían con Javier, de Salamanca, y Ana, de Logroño: "También vamos a Briones". Es un viaje completo y nos apetecía disfrutar de esta actividad». Las carreras de los más pequeños sobre el andén se trasladaron al interior de los vagones en busca del mejor sitio para ver los viñedos del valle del Ebro en el trayecto hacia la capital de La Rioja Alta. "Orden. Qué lío habéis preparado al subiros todos a la vez", espetaba el improvisado revisor mientras más de un viajero le pedía disculpas. Matías, más prudente, fue el último en subir al tren. "Ya estuvimos el año pasado y este vamos 15 amigos del Hogar Sur de Logroño a Haro".
Eran las 10.15 horas. Por delante, nueve horas para disfrutar de la cultura del vino.Cuenta AZUL de iBanesto, alta remuneración con total disponibilidad Fuente: Ayuntamiento de la Rioja
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